Tiempos de secundaria
Saludos, esta entrada es sobre un trabajo que realizamos para la asignatura Sociedad, familia y educación. Aquí tratábamos un documental del año 2006 del programa Documentos TV en el que se da una perspectiva sobre los diversos problemas a los que el personal docente se enfrenta debido a los comportamientos negativos por parte del alumnado.
1.
¿Qué entendemos
por alumnado violento? Y ¿Qué se entiende por alumnado violento?
Se
suele entender por alumnado violento a aquel colectivo del alumnado que se mete
en peleas, comete agresiones verbales o físicas contra sus compañeros o contra
los profesores. En el marco académico, Álvarez et al (2006) indican que el
alumnado violento ejerce violencia verbal, física y psicológica, y que dentro
de la física la violencia indirecta hay que tenerla en cuenta, consistiendo
esta en actuar sobre materiales en vez de personas. En el documental también se
muestra que el alumnado violento no es sólo aquel que se mete en peleas, sino
que perturba el orden de la clase en general. Teniendo en cuenta que los insultos
hacia el profesorado y el resto del alumnado, las interrupciones y todo tipo de
actitudes impropias están generalizadas en muchos centros, tal y como se plasma
en el documental, gran parte del alumnado de secundaria es violento. Se trata
de un problema estructural más que de una suma de casos aislados. El alumnado
violento es un alumnado que no está conforme con las condiciones de la
educación y/o de su familia y traslada esa frustración al aula, impidiendo la
convivencia y el buen clima. Acciones como gritar, tirar bolas de papel, dar
collejas a sus compañeros, insultar y agredir a sus compañeros y al resto de
profesores son todas constitutivas del alumnado violento. Por tanto, el alumno
o alumna que no se involucre en insultos o agresiones graves, pero grite en
clase es también alumnado violento, por más leve que pueda parecer en
contraposición con otros comportamientos.
2.
En lo que
respecta a la influencia de los medios de comunicación, Díaz-Aguado (2005)
reconoce que la influencia de los medios de comunicación es una condición de
riesgo para que se produzcan conductas violentas en el alumnado. Esto se debe
en principio a que los medios de comunicación exponen directamente al alumnado
a la violencia. Asimismo, Pescador & Domínguez (2001) hacen una explicación
más detallada de la influencia de los medios de comunicación en este asunto,
exponiendo que los medios de comunicación muestran que la rivalidad, la lucha y
la competencia son inevitables, y que son la herramienta de los más fuertes
para sobrevivir pasando por encima de los demás. Como ejemplo concreto, la
figura del héroe en los medios tiene en muchos casos como única cualidad el uso
de la violencia. Por otra parte, en el documental se menciona que los medios de
comunicación exageran la violencia escolar en su necesidad de dramatizar porque
la normalidad no vende. En este caso, el alumnado normalizaría la violencia
escolar o se generaría un efecto Pigmalión negativo, en el que el alumnado
violento de menor grado (gritos y desorden) pasaría a identificarse con los
tipos de violencia más intensos expuestos en los medios de comunicación y
añadirlos a su comportamiento. Parece por lo general, que hay un consenso
acerca de que la influencia de los medios de comunicación en la conducta del
alumnado es siempre negativa.
3.
El papel del
profesorado en la convivencia escolar parece crucial. Del Rey et al (2009) le
dan importancia a profesorado, alumnado y familia a partes iguales en esta
materia. En concreto, el papel del profesorado empieza por dominar las claves y
los riesgos de los conflictos que perturban la convivencia. Además, constatan
que en los centros donde hay una mejor convivencia esto siempre es directamente
proporcional al grado de implicación del profesorado. Por otro lado, Olivencia
(2009) resalta que el profesorado se ve obligado a repensar sus funciones
docentes debido al constante cambio que hay en la sociedad, sin embargo, hay
una parte del profesorado que concibe la educación como algo restringido a la
enseñanza, dificultando esto la convivencia al no haber implicación por esta
parte del profesorado. Teniendo esto en cuenta, en el documental se muestran
dos posturas. La primera, defendida por un docente que aparece al principio, es
que el profesorado tiene la mayor parte de responsabilidad sobre el clima del
aula y la convivencia. En contraposición, varios docentes se muestran
desbordados por la situación, o hacen referencia a sucesos vividos por
compañeros, en los que se muestra claramente que el alumnado es tan violento
que está fuera de control, y el profesorado no tiene ninguna capacidad para
poner orden y facilitar la convivencia. Incluso varios alumnos a lo largo del
documental concuerdan con esto y reclaman mucha más autoridad para los
docentes. Esta postura incluye a las familias y a la sociedad en general como
responsables de la situación, en este caso negativa, y da a entender que el
profesorado no tiene independencia para establecer la convivencia, sino que
necesita cooperación. En definitiva, la segunda postura parece más ajustada a la
realidad, pues los docentes son superados en número por los alumnos y sus
familias, si estos no cooperan, el profesorado no dispone de herramientas
suficientes para imponerse, por tanto, el papel del profesorado en la
convivencia queda subordinado y dependiente de la cooperación.
4.
En cuanto a la
influencia del origen socioeconómico del alumnado en la violencia escolar,
Ayala – Carrillo (2015) afirma que no es posible hablar de violencia escolar de
forma aislada, sin tener en cuenta el nexo entre lo público y lo privado.
Además, establece explícitamente un nivel socioeconómico bajo como factor de
riesgo en la violencia escolar. Sin embargo, Asensi (2003) dice que el origen
socioeconómico de los agresores no es un factor determinante, ya que la
violencia escolar se da también entre colegios en zonas de alto poder
adquisitivo. A pesar de esto, reconoce que el problema se amplifica en zonas de
nivel socioeconómico bajo en relación a los problemas de índole social. En el
documental se hace referencia a que los alumnos que proceden de barrios
marginales tienen muchas más probabilidades de ejercer la violencia escolar.
Además, una docente afirma que de estabilizarse la situación económica bajarían
los conflictos. El nivel de desmotivación en general es más bajo en el alumnado
con problemas económicos, sumando esto al proceder de zonas conflictivas donde
se exponen a toda clase de delitos con frecuencia, parece claro que este tipo
de alumnado es más propenso a involucrarse en todo tipo de conflictos en la
escuela, sin embargo, no es un factor determinante. Hay demasiados casos de
violencia escolar en proporción al porcentaje de alumnado proveniente de clases
desfavorecidas, por tanto, la mayoría del alumnado violento no es de nivel
socioeconómico bajo. El problema va mucho más allá, mejoraría algo si el nivel
económico de las familias de los alumnos mejorase, pero no lo suficiente, la
violencia escolar está muy extendida y hay otros factores más allá del
socioeconómico que intervienen. Es cuestión de detectarlos todos y ver cuáles
son los determinantes, pero de momento parece que el socioeconómico no es el
protagonista ni mucho menos.
BIBLIOGRAFÍA:
Álvarez, L., Álvarez, D.,
González-Castro, P., Núñez, J. C., & González-Pienda, J. A. (2006).
Evaluación de los comportamientos violentos en los centros educativos.
Psicothema, 18(4), 686-695.
Asensi Díaz, J. (2003). La
violencia en las instituciones escolares.
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